Algunas
de las hormonas anti-envejecimiento normalmente producidas por el cuerpo ahora
están disponibles en frascos en cualquier tienda de productos naturales. Si
bien se le clasifica como suplementos dietéticos, algunos expertos afirman que
no lo debería ser.
Estos productos son sustancias poderosas y deben considerarse como medicamentos. Potencialmente ofrecen muchos beneficios, pero también pueden hacer mucho daño.
Un ejemplo es la (DHEA) dehidroespiandrosterona. De acuerdo con algunos estudios hechos con animales, esta hormona masculina (que el cuerpo de la mujer también produce) al parecer fortalece la inmunidad y ayuda a proteger contra la diabetes, las enfermedades cardíacas e incluso el cáncer.
El
problema es el siguiente: Nuestros cuerpos convierten la DHEA en estrógeno y testosterona.
Por lo tanto, si incluso una pequeña cantidad se transforma en estrógeno
en una mujer con antecedentes familiares de cáncer de mama, puede aumentar su
riesgo de padecer esta enfermedad.
La pregnenolona, la hormona precursora de
la DHEA, es otra hormona embotellada
que se está vendiendo como pan caliente.
No obstante, hay pocas investigaciones clínicas al respecto.
Al
ingerirse es posible que la pregnenolona
se convierta en DHEA y así
aumente la cantidad de estrógeno y testosterona en el cuerpo. El uso de pregnenolona implica posibles peligros, No se ha utilizado por suficiente tiempo como
para determinar si es segura.
En
pocas palabras, no se autor-recete suplementos hormonales. Consulte a un médico, que le dirá si los
suplementos hormonales son convenientes, se los recetará en la dosis apropiada
(de ser necesario) y vigilará su estado de salud.
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