Nuestra buena salud como generación se debe, por lo menos
en parte, a una especie de suerte histórica.
Hemos tenido la dicha de haber nacido en un tiempo que se caracteriza
por sus constantes descubrimientos y avances médicos. Además ha tenido un enorme descenso en el
índice de discapacidades entre las personas mayores, la mejoría en la nutrición
y la disminución en el consumo del cigarrillo.
Asimismo nos podemos beneficiar por el gran incremento que
se ha dado en el número de las investigaciones acerca de la salud de la mujer,
particularmente sobre la salud de la mujer de edad madura.
La iniciativa para la salud de la mujer, con respecto a
las enfermedades cardíacas, el cáncer, el derrame cerebral y la
osteoporosis, son unas de las
investigaciones con fines de prevención.
Esta mayor cantidad de información nos permite tomar
decisiones mejor fundamentadas con respecto a nuestra salud e influir, de esta
manera, en la duración y la calidad de nuestras vidas.
Por último, las mujeres de nuestra generación nos acercamos a los servicios de salud de manera exigente, con una opinión propia y tomando mucho interés en la medicina alternativa.
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