miércoles, 10 de julio de 2013

La fuente de la juventud: EL AGUA

¿Suena como un acto de magia? En realidad no lo es.  Actualmente sabemos el poder de aquella fuente, se encuentra en el agua simple, fresca y limpia.

El cuerpo necesita agua para llevar a cabo los procesos básicos de la vida, entre los que se incluye todo desde transportar los nutrientes hasta regular la temperatura interior.  Sin embargo, si usted toma mucha agua, por lo menos 8 vasos al día, también obtendrá otros beneficios adicionales a los básicos.  El agua puede contribuir a mantener una piel sana de aspecto más joven y evitarle ciertas enfermedades y males que la haría sentirse mucho más vieja de lo que corresponde a su edad.  Es así de sencillo y perfectamente natural.  Además, resulta ser muy económico.

Agua para las arrugas
La naturaleza imparte esta lección de manera obvia: cuando se seca una uva se obtiene una pasa.  Cuando se seca una ciruela el resultado es una ciruela seca.  Arrugas, arrugas…y más arrugas.

Por otra parte para eliminar las arrugas de una camisa de algodón al plancharla se le humedece con vapor.  Y si se quiere evitar que unas rosas se marchiten se ponen en un florero con agua.

Lo mismo pasa con la piel.  Si desea mantenerla tersa, suave y radiante, el agua es uno de los secretos que anda buscando.  Una piel sana consiste en entre un 10 y un 20 por ciento de agua.  Si la piel pierde más de la mitad de su humedad se reseca y empieza a despellejarse.  Incluso las líneas finas se vuelven más pronunciadas.  Y con el paso del tiempo la piel reseca puede envejecer más pronto.


Una forma de combatir el proceso es por medio de humectantes.  Al humectar la piel, esta se remoja y se ve más tersa, y las líneas finas parecen desvanecerse.

El problema es que con el tiempo el proceso se vuelve más difícil.  La piel se reseca cada vez más conforme envejecemos.  Alrededor de los 30 años, las glándulas de grasa y de sudor disminuyen su producción y la piel se vuelve menos capaz de retener la humedad.  Conforme nos acercamos a la menopausia y se reduce nuestro nivel de estrógenos, es posible que se reseque más todavía.

Es ahí donde entra el agua.  Tomar mucha agua es importante.  Ya sea que se la beba o que se remoje en ella, el agua humecta la piel.  Sin embargo, no es lo único que debe hacer.

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