En lo
que se refiere a los colores las
modas van y vienen, pero como una vieja y leal amiga el negro
siempre nos acompaña.
A veces les cede
su lugar entre las prendas fundamentales del guardarropa al marrón (café), azul, pero ningún otro
color se desplaza con tal facilidad de los asuntos serios a la informalidad
diurna y los trajes de noche.
Desafortunadamente
hay un problema: pocas mujeres se
ven bien si acercan el negro a sus
caras. Son escasas las que pueden
lograr el efecto deslumbrante que el negro
crea en una mujer de cabello plateado que se ha tomado el tiempo de definir sus
cejas y aplicar un color fuerte a sus labios.
La idea es que coloque los colores
más atractivos cerca de su cara.
Considere atenuar el color negro por medio de algún color poniéndose encima una blusa
abotonada a la mitad, un saco abierto o cerrado, un cuello vuelto (de tortuga)
debajo de una prenda negra sin cuello, un suéter colgado sobre los hombros con
las mangas amarradas al frente o un pañuelo.
No
obstante, combine los colores con
cuidado, ya que su elección puede sumar muchos
años a su apariencia. Tener siempre
presente los colores neutros y ver
cuáles son los más apropiados para usted y que vaya con su personalidad.