Si
medio galón de agua al día le suena como un exceso, no se rinda aún. Las siguientes sugerencias le ayudarán a
manejar el asunto de la hidratación.
Recurra a un reemplazo. Los 8 vasos de líquidos no
necesariamente tienen que ser de agua.
Otras bebidas, como la leche, el jugo, las infusiones, también cuentan
como parte de su cuota diaria. Lo mismo
se aplica a los alimentos que contienen mucha agua, como la sopas, y a las
frutas jugosas como la sandía, melón, uvas, naranjas, etc. Sin embargo, no tome en cuenta las bebidas
que contienen alcohol o cafeína, las cuales hacen que pierda más agua de la que
está tomando.
Súbale el sabor. Si el agua es demasiado insípida para
usted, pruebe una de sabor o exprímale alguna fruta fresca como el limón, la
lima, naranja o piña (anana). También
puede agregar cubos de jugo congelados a su agua, los cuales le irán dando
sabor al derretirse. Las fanáticas de
los refrescos (sodas) que extrañan las burbujitas pueden agregar agua mineral a
¼ de taza al jugo.
Beba antes de picar alimentos fuera de
hora. Las personas
muchas veces piensan que tienen hambre cuando en realidad se trata de sed. Por lo tanto, tómese alguna bebida primero;
es posible que con eso desaparezca la punzada del hambre.
Mídala. Llene una jarra de litro y medio y
trate de vaciarlo a lo largo del día.
Manténgala cerca.
Mantenga un vaso o una botella de agua cerca cuando esté en su
escritorio, al aire libre, en su carro o en el gimnasio.
Tómelo con calma. Tomar el agua a sorbos en lugar de
acabársela de un trago, le evitará sentirse con sensación de llenura.
Beba cuando pueda. Tome un trago de agua cada vez que
pase por el bidón de agua.
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