Usar
el calzado adecuado. Conforme envejecemos, nuestros pies,
tobillos, rodillas se hacen más vulnerables.
Usar el calzado indicado para su actividad
le protegerá al acojinar y estabilizar sus pies, y servir fundamentalmente,
como unos pequeños amortiguadores.
Sostener
los senos. Al hacer
ejercicios se debe usar un sostén (brasier) deportivo adecuado que
sostenga sus senos cerca de su cuerpo.
De otra forma los movimientos que implica el ejercicio aeróbico pueden
tener como consecuencia que se le cuelguen.
Hacer
calentamiento. Su cuerpo cuenta con un motor propio así como
con partes que requieren estar funcionando por varios minutos antes de cambiar
a una velocidad más alta. El calentamiento proporciona una
transición gradual del reposo a las demandas fisiológicas del ejercicio. Un buen calentamiento
fundamentalmente pone en movimiento su sangre, vuelve más elásticos sus
ligamentos y tendones y suelta sus músculos, de modo que se reduce el riesgo de
que se lastime.
Lo que mejor funciona
son unos estiramientos ligeros y una versión lenta de la actividad que está a
punto de hacer. Haga cualquier cosa que
ponga en movimiento sus brazos y piernas durante 5 minutos.
Enfríese
y estírese. Su cuerpo
necesita bajar de velocidad lentamente, en lugar de hacer alto repentinamente
después de una caminata rápida. El enfriamiento se asemeja al calentamiento, sólo que en lugar de ir acelerando la velocidad poco a poco esta
se hace gradualmente más lenta. De esta forma el ritmo cardíaco
disminuye de manera paulatina, lo cual le evitará sentirse mareada o
desfalleciente.
El mejor momento para
hacer estiramientos también es al
finalizar el ejercicio, porque sus músculos siguen calientes. Un buen estiramiento
de 20 a 30 segundos de cada uno de los grupos principales de músculos, los
brazos, las piernas, el abdomen, la espalda y las asentaderas, ayuda a aumentar
la elasticidad y a prevenir lesiones.
Evite las
ampollas. Ya sea que
camine, corra, haga excursiones, juegue tenis, las ampollas pueden poner fin a su actividad física muy
pronto. A fin de evitarlas antes de que
aparezcan, recubra sus pies limpios y secos con el antitranspirante que
acostumbra usar. Puede ser de cualquier
tipo, en aerosol, de barra o de bola.
Sólo asegúrese de cubrir los pies completamente.
Inténtelo diariamente durante 5
días antes de salir a correr o a caminar, o bien una o dos veces por semana de forma indefinida. Este método funciona al reducir el sudor, el
cual crea la fricción que produce las
ampollas.
Si le sale una erupción o se le irrita la piel, trate de usar el
antitranspirante cada dos días o cambie de marca. Si la irritación continúa, deje de
usarlo.
Tomar agua. Cuando hace ejercicio pierde más líquido a
través del sudor debido a que sus músculos consisten en agua más o menos en un
70 por ciento, necesita reponer esos líquidos para no empezar a sentirse débil
antes de terminar sus ejercicios. Una
buena regla general dicta tomar 8 vasos
de agua al día, antes, durante y después de los ejercicios.
Pierda sus
preocupaciones. Para que el
ejercicio la relaje tiene que hacer
lo propio mientras se ejercita: relajarse. Hacer ejercicios mediante 30 minutos diarios reduce
la ansiedad; siendo posible que el simple hecho de desprenderse
temporalmente de sus preocupaciones cotidianas haya reducido su ansiedad.
Hacer pesas.Es muy conveniente combinar los ejercicios aeróbicos con pesas. Porque
en conjunto son una estrategia doble contra un cuerpo fofo. El ejercicio
aeróbico quema la grasa mientras que las pesas tonifican los músculos.
El resultado es un cuerpo más firme y mejor delineado.
Es más, los ejercicios con pesas le dan un empujón adicional al
metabolismo porque desarrollas los músculos, lo cual .quema más calorías. Y entre más fuertes sean sus músculos, más aprovechará sus ejercicios
aeróbicos. Podrá hacer ejercicio por más
tiempo y no se sentirá tan cansada después.
Use
música más lenta. La música debe estar lo bastante lenta para que pueda apoyar el pie
adecuadamente. Trabajar de puntas porque
la música demasiado rápida la
hace correr el riesgo de lastimarse el pie o la pierna. Si no quiere decirle a su entrenador que use música más lenta o si está trabajando con un video de ejercicios y no puede
cambiar la música, realice el movimiento a la mitad de la velocidad.
Diviértase. Cuando éramos niñas hacer ejercicios era lo
máximo. Subíamos las escaleras a toda
velocidad, corríamos a casa para cenar, brincábamos al escuchar algo que nos
emocionaba y deseábamos con ansias que llegara la hora del recreo, El
ejercicio debe seguir siendo nuestra hora
del recreo.
La mayoría de las mujeres tenemos tanta responsabilidades
además del trabajo que no cumplimos con el ejercicio si se convierte en un
punto más en la lista de lo que debemos hacer. Buscar dentro de las actividades
cotidianas algo que le sea divertido
y se sienta bien sin dejar de hacer ejercicio, por ejemplo: poner al bebe en el
coche y salir a caminar, bailar, llevar a los niños a patinar o pasear en
bicicleta.
Consígase
una compañera. Una compañera de ejercicios puede ayudarle
de varias formas. En primer lugar puede
motivarla cuando se sienta cansada o desanimada. En segundo lugar, hacer ejercicio con una amiga puede convertir la sesión es una
actividad social, de modo que se divertirá más.
Y lo más importante es que una amiga puede ayudarle a mantener su
compromiso. Si no tiene ganas de hacer
ejercicio pero su amiga cuenta con
usted, es más probable que se ponga las zapatillas y salga a la calle.
Persevere.
La condición cardiovascular requiere
un mantenimiento constante. Si hace
ejercicio 5 días a la semana durante varias semanas, y luego la baja a 1 día
por semana, habrá perdido el 90 por ciento de lo logrado al cabo de 12
semanas. Así que hágase un favor a sí
misma y a su corazón y convierta el ejercicio en una parte permanente de su
rutina.
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