Mire a su alrededor. En cuanto los ojos empiecen a molestarla, desprenda la vista de lo que esté haciendo y mire a lo lejos. Esto les permite a los músculos oculares relajarse.
Póngase
las palmas. Frote las manos para calentarlas un
poco. Luego coloque las palmas suavemente sobre sus ojos cerrados. Sosténgalas ahí durante 5 minutos, respirando con tranquilidad. Esta táctica servirá muy bien para descansar
y rejuvenecer sus ojos.
Cancele
el cansancio. Respire
hondo a la vez que levanta los hombros y aprieta los ojos y los puños lo más
fuerte posible. Luego exhale y relaje
todos estos músculos al mismo tiempo. Al
apretar y luego soltar los músculos voluntarios de sus hombros y puños puede
lograr que los músculos involuntarios de sus ojos también se relajen.
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